domingo, 18 de diciembre de 2011

Vivimos en una ciudad...

como Mérida, donde tras cuatro años de gobierno "socialista" con cientos de deudas en algún cajón perdido, vuelven los que lo habían dejado hacía cuatro años entre escándalos de corrupción (chalets en la charca que aparecían a nombre de Acedo de un día para otro) y escándalos de otro tipo. Aquí no ha pasado nada.  

Vuelve un gobierno al que no sabemos si llamar descarados o incompetentes. Quizás lo de incompetentes sea peor, ya que hay a su cargo 55.000 personas y manejan el dinero de los impuestos a su antojo, dinero que adjudicarán a empresas amigas y utilizarán como quieran. Mucha democracia, si.

Tras unas elecciones autonómicas y nacionales que han teñido el mapa de azul (aunque en las generales sólo sacaron medio millón de votos más que en 2007) ya pueden aplicar todo lo que el PSOE dejó a medias. Los recortes a educación, sanidad, dependencia, etc y los regalos de dinero público (de todos) para los bancos van a continuar con el PP. Uno se pregunta en que estaría pensando un trabajador para votar al PP, pero claro: dice la tele que si el partido "socialista" lo ha hecho mal, habrá que votar a la derecha...que otra opción!  


Hablamos de Mérida: la investidura de Monago se celebró tres veces para que los invitados pudieran comer de catering a costa de los emeritenses 3 días (en la misma semana). El último día, en el Museo, con 700 invitados, incluidos empresarios, banqueros, esposas o queridas de concejales y alcaldes, sociolistos y hasta obispos bebiendo vino y comiendo jamón (como cerdos) pagado del dinero del obrero que les vota...ah! también vino Rajoy. Si caballero, si vive usted en Mérida y paga sus impuestos, tuvo usted el honor sin saberlo de pagar comida y bebida de primera a 700 imbéciles durante la investidura de Monago, para la que cerraron el Museo, acabando con el turismo ese día y cortando varias calles comerciales al público, jodiendo a la pequeña empresa, con la que el partido "popular" se llena la boca. Pues en esta ciudad, que fue y será otra vez versión de Marbella, el trabajador curra y el espabilao se aprovecha desde su despacho, nos toca afrontar cuatro años de gobierno, irresponsabilidad y estupidez.  

En Mérida las promesas electorales consisten en cosas como "haremos un Decathlon". Se recorta porque no hay dinero, porque se lo han gastado en coches oficiales. Para eso sí hay, si sobra dinero público ya se lo darán a un pobre, o algo. Extremadura es la comunidad autónoma que más coches oficiales tiene, más de cincuenta, a pesar de ser una de las más pequeñas del país. Se obliga a dimitir a la directora del teatro de verano mediante presiones y censura, y se pretende acabar con la cultura, a base de retirar subvenciones, pero que no falte vino. Los ciudadanos no tienen posibilidad real de intervenir en los plenos municipales. El ayuntamiento se niega a publicar las cuentas. Se cierran centros sociales, de inmigrantes como CEAR. Eso sí, hay lucecitas de colores en Navidad, en eso se pueden gastar decenas de miles de euros, pan y circo y el pueblo a callar. Vaya usted a comprar, que estamos en Navidad. Se cierra durante los fines de semana el único centro de ocio joven ¡como es lógico! y al alcalde se le ha metido otra vez entre ceja y ce... tirar el único colegio céntrico de la ciudad, que es patrimonio cultural para hacer... ¡un centro comercial! recalificación al canto, a vender suelo público, como debe ser, a pesar de que el terreno fue cedido AL MUNICIPIO, QUE NO ES LO MISMO QUE EL AYUNTAMIENTO para uso escolar. Quizás lo próximo sea tirar el hospital para hacer un Mc Donalds. El alcalde de Mérida acusado de corrupción y prevalicación, se presenta al Senado para conseguir inmunidad y que no le puedan juzgar... y los ciudadanos, como tontitos votan al PP sin darse cuenta de que también están votando al cejijunto corrupto como representante para el Senado. Debería estar en la cárcel... pero respetémosle, que está en el ayuntamiento

No hay comentarios:

Publicar un comentario